La gran explosión

Es difícil imaginarse el mundo de hoy sin computadoras, están cada vez más presentes en todas las facetas de la vida, incluso una buena parte de la población mundial está acostumbrada a andar con una computadora de bolsillo todo el tiempo. Pero las computadoras son solo la mitad de la ecuación, para que hagan algo útil necesitan de un software.

En otras entradas se ha abordado el tema de la complejidad de producir un software pues, contrario a lo que muchos piensan, es extremadamente difícil. Solamente el kernel de Linux (el centro del sistema operativo) contaba con 20.2 millones de líneas de código en 2015, MacOS X 10.4 en el 2005 con 86 millones, Windows XP en el 2001 con 45 millones, Windows Server 2003 en el 2003 con 50 millones. Estos son solo ejemplos de la basta complejidad de estos sistemas. Una persona escribiendo mil líneas de código al día todos los días, tardaría 54 años solo en alcanzar los 20 millones del kernel de Linux, suerte que no es necesario, para eso tenemos equipos de desarrollo. Y encima de todo eso, tiene que funcionar.

No es fácil ni barato ejecutar estos grandes proyectos y no solo refiriéndonos a sistemas operativos, hasta Linus Torvals tiene que comer, en consecuencia, el software cuesta. ¿Cuántas veces no hemos enfrentado la disyuntiva de querer un programa de computadora y no tener el dinero para pagarlo o el tiempo y las habilidades para hacerlo nosotros mismos? Una forma de resolver esta disyuntiva es recurrir al software pirata, que no es más que hacerse con un programa sin pagarlo.

Cuando usas software original

Tal vez uno de los softwares más pirateados de la historia sea el sistema operativo Microsoft Windows y su suite ofimática. Increíblemente muchas personas optan por usar copias piratas de Microsoft Windows en vez de alternativas libres, disponibles gratuitamente. Las razones son variadas y al final se resumen en que les gusta más o el programa que requieren (muchas veces también pirateado) solo se ejecuta en este.

Cuando tu antivirus pirata detecta tu windows pirata

Usar software pirateado es fácil y barato, especialmente cuando es altamente especializado y no se tienen los recursos humanos y financieros para adquirirlo o desarrollarlo. Este curso de acción implica grandes riesgos, como lo descubrió la Unión Soviética por las malas y lo detalla este artículo:

“En la década del 80 del siglo pasado, la producción y transporte de petróleo y gas era una de las prioridades soviéticas. Un nuevo gasoducto transiberiano debía llevar gas natural desde los yacimientos de gas de Urengoi en Siberia a través de Kazajstán, Rusia y Europa oriental hasta los mercados de divisas de Occidente. Para automatizar la operación de válvulas, compresores e instalaciones de almacenaje en una empresa tan inmensa, los soviéticos necesitaban sistemas de control sofisticados. Compraron computadoras de los primeros modelos en el mercado abierto, pero cuando las autoridades del gasoducto abordaron a Estados Unidos para adquirir el software necesario, fueron rechazados. Impertérritos, los soviéticos buscaron en otra parte; se envió un operativo de la KGB a penetrar un proveedor canadiense de software en un intento por adquirir los códigos necesarios. La inteligencia estadounidense respondió y manipuló el software antes de enviarlo.

“Una vez en la Unión Soviética, las computadoras y el software, trabajando juntos, hacían operar el gasoducto maravillosamente. Pero esa tranquilidad era engañosa. En el software que operaba el gasoducto había un caballo de Troya. Con el objetivo de afectar las ganancias de divisas provenientes de Occidente y la economía interna de Rusia, el software del gasoducto que debía operar las bombas, turbinas y válvulas había sido programado para descomponerse después de un intervalo prudencial y resetear las velocidades de las bombas y los ajustes de las válvulas haciéndolas funcionar a presiones muy por encima de las aceptables para las juntas y soldaduras del gasoducto.

“El resultado fue la más colosal explosión no nuclear e incendio jamás vistos desde el espacio. En la Casa Blanca, funcionarios y asesores recibieron la advertencia de satélites infrarrojos de un extraño evento en medio de un lugar despoblado del territorio soviético. El NORAD (Comando de Defensa Aeroespacial Norteamericano) temía que fuera el lanzamiento de misiles desde un lugar donde no se conocía que hubiera cohetes basificados; o quizás fuera la detonación de un dispositivo nuclear. Los satélites no habían detectado ninguna pulsación electromagnética característica de las detonaciones nucleares. Antes de que tales indicios pudieran convertirse en una crisis internacional, Gus Weiss llegó por un pasillo para decirles a sus colegas del CSN (Consejo de Seguridad Nacional) que no se preocuparan, afirma Thomas Reed en su libro.”…

Como resultado de este sabotaje quedó seriamente dañada la economía soviética y puso en duda toda la tecnología proveniente de occidente, que no era despreciable. Para mayor frustración, ni siquiera podían reclamar a los desarrolladores del software, ya que lo habían obtenido por medios no convencionales.

Resulta fácil identificarse con la línea de pensamiento soviética: tengo un oleoducto grande y caro, necesito el software para hacerlo funcionar, comprémoslo, no puedo comprarlo, montemos una operación de inteligencia para sustraer el software necesario. Tristemente el resultado fue devastador, tal vez después de esto consideraron el concepto de “soberanía tecnológica” como algo importante.

Usar software pirata debería ser una opción de último recurso cuando todo lo demás falle y se deberá tener conciencia de los riesgos. Al no proceder de una fuente confiable, estos programas pueden tener modificaciones dañinas. Para un usuario doméstico los riesgos pueden incluir filtración de información personal y financiera, para uno corporativo o gubernamental pudiera llegar a comprometer la estabilidad de una nación. Tal vez es un riesgo que no vale la pena tomar, especialmente cuando existen alternativas libres cuyo código puedes auditar.

Algunas alternativas libres a programas muy caros son:

En muchos casos es cuestión de acostumbrarse a los nuevos programas.

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